Diego Herrera, el místico tecladista y saxofonista de Caifanes: «Soy un amante del silencio porque es una gran música»
Cuando era pequeño, Gus Reyes hacía lo que todo niño: jugar con muñecos. Tenía sus G.I. Joe y otros de personajes de Star Wars. Su abuelita, que trabajaba en la productora y distribuidora Columbia Tristars Pictures, le obsequiaba los objetos promocionales que esa empresa sacaba para el marketing de sus películas. Un día, le regaló un disco de acetato del soundtrack de Rambo II. Al niño Gus le encantó tanto, que se lleva el tocadiscos de la casa a su cuarto...